El pasado miércoles 27 la asamblea de la ACPT eligió por mayoría al colectivo Fraguas Revive como ganador del IV Premio Esther García a la lucha popular, frente a otros dos candidatos que también cumplían las bases del premio.
Tras un intenso debate, la mayoría de la nuestra asamblea puso en valor la novedosa propuesta que éste grupo de activistas está desarrollando en un pueblo abandonado de Guadalajara, la proactividad de su lucha y el profundo carácter constructivo de la acción que desarrollan.
Quizás sean esos valores por los que el 8 de junio de 2018, fue el Juzgado de lo Penal número 1 de Guadalajara quien les declaró culpables de los delitos contra la ordenación del territorio y usurpación a los 6 pobladores de Fraguas. Y para rematar, el pasado 19 de enero de 2019, la Audiencia Nacional de Guadalajara ha rechazado el recurso interpuesto, confirmando la condena de un año y medio de cárcel a cada uno de ellos y una sanción de 16.380 euros, más los costes de la demolición de las casas de Fraguas, tasada en 27.000 euros.
El año y medio de multa impagada se convertiría en 9 meses más de prisión a sumar a la condena de año y seis meses. Por lo que estamos hablando de 4 años y medio de cárcel a cada uno de éstos 6 jóvenes por reconstruir tres casas, varios caminos y huertas del pueblo, asesorados por los antiguos pobladores del mismo, que apoyan sin fisuras a los repobladores.
Fraguas es un pueblo ubicado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, en unos terrenos que fueron expropiados en 1968 por el ICONA, para su repoblación forestal con pino resinero para explotación, arrasando en el proceso grandes extensiones de vegetación autóctona. Los terrenos fueron incluidos en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de Guadalajara en 2002. Con la expulsión de sus pobladores en 1968, la aldea cayó en el olvido y en los 90 lo poco que quedaba en pie fue destruido por el Ejército, que utilizó el pueblo como zona de maniobras militares.
En la primavera de 2013, un grupo de jóvenes llegó a Fraguas con un proyecto comunitario de repoblación rural. Desde entonces han reconstruido varias casas con materiales locales y técnicas de construcción tradicionales. Recuperaron el suministro de agua potable y la pista de acceso, pusieron en marcha una instalación eléctrica alimentada con energía solar y están reforestando con especies autóctonas áreas afectadas por incendios.
Por ello, en vez de ser recompensados por las instituciones, han sido condenados, con una dura sentencia, por su trabajo colectivo para reconstruir un pueblo que estaba en ruinas.
Combaten un problema muy presente también en la Cantabria rural, porque los éxodos rurales masivos provocados por el estado capitalista no han logrado otra cosa que masas de personas hacinadas en las ciudades con una capacidad de empoderamiento y organización cada vez más limitada, estando inmersas en la espiral de consumismo masivo que se promueve en estos núcleos urbanos. El modelo de la ciudad actual ha quebrado: lo que en el siglo XX prometía abundancia, hoy naufraga; la vida se hace indigna, y es totalmente insostenible para el medioambiente.
Por todo esto, es un verdadero honor la ACPT hacer entrega de la talla que simboliza los valores que Esther García siempre defendió el próximo jueves 25 de abril a las 19:30 de la tarde en la Sala Mauro Muriedas, invitando a participar del acto a cualquier vecino de Torrelavega y de Cantabria.
En Torrelavega, a 4 de abril de 2019