Parece conveniente dar respuesta por el mismo canal que habitualmente utiliza el concejal del Ayuntamiento de Torrelavega, José Otto Oyarbide, a la tribuna que se difundía hace una semanas y que, de modo categórico aseveraba aspectos relacionados con el absurdo PSIR de Las Excavadas y del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), bajo una apariencia de exactitud y rigor que escondía graves mentiras y falsedades.
Los objetivos personales del concejal responsable de Urbanismo parece que pasan por unir la construcción de un nuevo polígono industrial y la revisión del PGOU como único clavo ardiendo al que agarrarse mientras languidece su carrera política, a pesar de haber intentado colocarse de diversas maneras dentro de su partido sin éxito alguno. No es nada nuevo ver políticos que pierden la perspectiva colectiva de sus tareas cuando ven sus cargos amenazados o su futuro abocado a tener que ganarse las alubias fuera de los agradables sillones de la Institución pública.
No es lo anterior algo que nos obsesione, pero esa pérdida de perspectiva puede convertirse en elemento muy peligroso cuando los intereses personales se pretenden satisfacer cometiendo tropelías que nos afectarán a todos y todas irremediablemente con el paso del tiempo. Para cometer esas tropelías, es necesario crear las justificaciones previas y, como en este caso, si es necesario mentir, pues a mentir se ha dicho.
Una buena técnica para disimular la mentira y aún más, para dar la apariencia de gran veracidad, consiste en aportar multitud de datos. Esta técnica es relativamente habitual en política especialmente cuando resulta difícil el contraste de los mismos o cuando forman parte de una situación global en la que los datos o porcentajes se pueden obtener a interpretación del que los ofrece. En este sentido, la tribuna de la semana pasada era un ejemplo perfecto de macedonia de cifras que aparentaba zanjar un debate con una solvencia propia de las mentes más privilegiadas. Imagino a Otto Oyarbide sintiéndose profundamente satisfecho al terminar de escribir, pensando que había dado un puñetazo sobre la mesa, zanjando lo que él mismo definía como sobredimensionada polémica. No tardará en darse cuenta de lo equivocado que está, como le viene ocurriendo con la mayoría de movimientos magistrales que ha ejecutado en su agonizante carrera política.
Torpezas como titular una tribuna dedicando a diversas organizaciones de diverso carácter las palabras de “falacias de poco valor”. Acusar de mentir a colectivos como Arca, Ugam-Coag, Equo, ACPT o Ecologistas en Acción por parte de un integrante del PSOE ya debe despertar alertas a cualquier lector mínimamente crítico. La insistencia en repetir que el polígono de Tanos – Viérnoles está lleno, repitiendo ese mantra con metódica insistencia también debería hacer dudar a cualquiera.
Un polígono que inicialmente contó con 318.000 metros cuadrados y que a día de hoy mantiene libres alrededor de 78.000. Esto es un hecho contrastable tan sólo visitando el polígono y observando el desarrollo actual de una obra que reparcela en espacios más pequeños una de las cuatro esquinas del mismo, que permanecen a día de hoy sin ninguna ocupación. Será sencillo darse cuenta además, de como tres de las principales parcelas se dan por ocupadas, mientras albergan enormes aparcamientos que a modo de páramo ayudan a falsear los datos. En ese paseo también se pueden observar carteles de “Se Vende” en alguna parcela, un enorme gimnasio (actividad profundamente industrial), naves vacías sin actividad definida desde su construcción y parcelas con una excelente colección de plumeros. En esa visita lo que no podrá comprobarse visualmente, aunque es una realidad, son las parcelas que aún teniendo dueño, deben ser recuperadas por SICAN, tras no haberse desarrollado en los plazos marcados cuando fueron vendidas. Pero claro, así es más fácil decir que están ocupadas.
Mentira tras mentira con el único objetivo de crear una necesidad que justifique sus objetivos. Se le olvida explicar muchas cosas al concejal de Urbanismo… Ser incapaz de recuperar suelo industrial sin uso si es que realmente fuera necesario, es lo que ha demostrado. Suelo industrial sin uso y degradado en Sniace (alrededor de 300.000 metros cuadrados) o suelo industrial sin uso de Solvay por ejemplo (probablemente más de 700.000 metros cuadrados).
Claro que cuando entramos en la recuperación de terrenos es cuando vemos más descarnadamente el perfil de muchos de nuestros políticos. Cito textualmente lo que Otto Oyarbide considera un condicionante: ‘depende de los intereses de los accionistas’. Ahí es nada. Debe ser que otros suelos no tienen dueños. ¿O quizás cuando el propietario es pequeño nos da igual pasarle por encima, pero si se trata de grandes empresas debemos rendir pleitesía? Argumentos que sólo sirven para una parte, la poderosa. Vergonzante planteamiento este para un representante público.
El mismo concejal que aporta como dato demoledor que la nueva revisión del PGOU propone una protección para un 75 por ciento de los suelos del municipio. Como si la protección del medio ambiente o de los recursos naturales fuera una cuestión de porcentajes. “Ya se protege bastante, el resto, a hormigonar”. Brillante planteamiento, teniendo en cuenta además, que buena parte de los 27.000 metros cuadrados protegidos forman parte de la Sierra del Dobra, el Parque de la Viesca o las riberas fluviales. Que un representante público piense así, y plantee el Urbanismo en esos términos, da verdadero miedo.
Pero es que además se empeña en mencionar un PGOU que desgraciadamente ya no va a ser realidad. Es imposible recabar los apoyos necesarios para la aprobación definitiva con apenas un año de legislatura por delante. Y que no nos engañen, el único responsable de que no vayamos a tener la absolutamente necesaria revisión del PGOU será él y el equipo de gobierno del que forma parte (aunque actúe como un satélite independiente) por desoír cualquier recomendación técnica y querer condicionar esa importante herramienta de planificación a intereses partidistas y de promoción personal.
Cuidado con los trileros, que con tal de ganar sus partidas, arruinan a quien tengan al lado, si hace falta, para toda su vida.