El día 8 de Marzo es un día importante para toda la clase obrera y especialmente para las mujeres trabajadoras. Este es nuestro día, el de las mujeres de nuestra clase, y no el día de todas las mujeres, pues no todas estamos en las mismas condiciones dentro de este sistema.
Desde ACPT, afrontamos esta jornada de dos maneras:
Por un lado, reivindicativa:
Reivindicamos este día haciendo memoria histórica y recordándolo como se denominó en su origen; el día internacional de la Mujer Trabajadora, con todo el sentido que implica y recordando, especialmente en estos momentos en que la crisis golpea tan duro, a aquellas heroicas mujeres que lucharon en San Petesburgo en 1917 y encendieron la mecha del cambio revolucionario que unos meses después derrotaría al zarismo.
Reivindicamos, la lucha de las mujeres, pues aún en la actualidad y fruto de este sistema, es invisibilizada en la mayoría de casos, y decimos alto y muy claro, que el papel que muchas mujeres han jugado, ha sido fundamental en las conquistas adquiridas por la clase obrera, y es nuestro deber reivindicarlas y aprender de ellas.
Hablando de mujeres luchadoras, es imposible que la cara de Esther García no se nos venga a la mente; es imposible no acordarnos de ella especialmente un día como hoy, y en un contexto en el que la situación de las mujeres cada vez es más crítica, es imposible no reconocer su labor y contribución en la mejora de las condiciones de vida de nuestra ciudad y nuestros barrios, y es imposible no continuar con su lucha, que es la lucha por la emancipación de las mujeres y hombres; y entonces solo es posible pensar que el 8 de marzo tiene sentido, porque existieron y existen mujeres como ella.
Este 8 de Marzo, seguimos luchando, y la lucha es la otra manera en la afrontamos esta jornada tan importante y así será hasta que nuestras condiciones de vida se dignifiquen, al mismo tiempo que las de toda la clase obrera.
Las mujeres trabajadoras:
Luchamos porque aún estando en el año 2016, tenemos que seguir diciendo que a igual trabajo se debe tener igual salario, pero además decimos que no queremos salarios de miseria, que es lo que nos ofrecen actualmente a trabajadores y trabajadoras.
Luchamos porque seguimos liderando las elevadas tasas de paro
Luchamos porque nuestras condiciones de trabajo son aún más precarias, temporales y miserables.
Luchamos porque no podemos decidir sobre nuestros cuerpos y nuestro futuro.
Luchamos porque soportamos generalmente los trabajos domésticos y el cuidado de hijos o personas dependientes.
En definitiva, luchamos porque queremos cambiar las cosas, y la historia de hombres y mujeres nos ha enseñado, que sólo luchando alcanzaremos la victoria.
VIVA LA LUCHA DE LA MUJER TRABAJADORA